La gente dejó que la felicidad y la cóle­ra les alejaran de sus metas y empezó a morar en la incons­tancia, de modo que los tigres de la ansiedad se apropiaron de sus corazones y mentes. No podían conseguir lo que necesitaban. Siempre debían detenerse a medio camino y nunca podían alcanzar sus metas. Fue entonces cuando, por primera vez, empezaron a haber, en todo-cuanto-hay- bajo-el-cielo, ideas que no eran simples, acciones que no eran sencillas.

Zhuangzi (s. -IV a.n.e) – Hamill, S, Seaton, J.P. (2000) La Sabiduría de Chuang Tse