Ziqi de Nanguo se hallaba sentado, apoyado en un escabel. Alzaba al cielo la cabeza y respiraba pausadamente. Arrobado, como si su espíritu hubiera abandonado el cuerpo. Yangcheng Ziyou, que alli junto estaba a su servicio, dijo: -«¿Qué ha acaecido? ¿Por ventura es posible mudar el cuerpo inmóvil en árbol seco y volver en frías cenizas la mente? El que ahora se apoya en un escabel no es el mismo que antes en un escabel se apoyaba».
Zhuangzi (s. -IV a.n.e) – Iñaki Preciado (1996) Maestro Chuang Tsé